A mis cuatro fieles seguidores, y a ese que aún no quiere dar la cara.

Pido comprensión a esta humilde ama de casa desesperada, desquisiada, desmoralizada, desmemoriada, porno, digo por no tener tiempo más que para guisar, coser, lavar, cambiar pañales, trabajar de tiempo completo, pagar cuentas, impuestos, trámites. Limpiar, llevar niña a la escuela, recogerla, atender visitas, ir al mecánico, al mercado, sacar al perro, atender clientes, y sigue y sigue como las energizer. Además le zumba el oído, tiene una contractura muscular y dejó de comer garnachas hace unos días.

Amables lectores, merecen historias interesantes. Si al menos fuera Corin Tellado, o Yolanda Vargas Dulché, les tendría pegados a esta pantalla con mis clásicos de lágrimasy risas, pero mi pecado no es el de Oyuki, mi madre no es María Isabel y yo no soy Yesenia.

Sin embargo, creo poder contarles de vez en cuando, mis casos de la vida real a manera de la mejor telenovela.

Este es el caso de doña Irene que tiene desde hace muchos años un salón de belleza aquí en la calle Río de la Loza. La pobre sufrió del ataque de un virus maligno recientemente, que la tenía postrada con incontinencia urinaria, tapabocas, antibióticos y pañal de adulto. Además estaba al cuidado de su hija adolescente con severo retraso mental, a la cual le fascina ponerse en la cabeza todos los tubos que encuentra y ver caricaturas al volumen mas alto posible. Así atiende doña Irene a sus clientes, en el cuarto donde convalece y donde la niña ve la tele.

Antes de iniciar el corte, se cambia el pañal y el tapabocas porque estornuda mucho, prende una veladora, quita el espejito para que los clientes no se vean, se persigna y se encomienda a dios diciendo: -Todo sea en Tu nombre.

Y aún así ha logrado mantener su clientela y sus ingresos, que ahora se van como agua en las medicinas contra el virus y en el pago de una operación de próstata que acaban de realizarle a su marido.

Con historias reales como esta, para que quieren a Rubí.

Hago la señal de la cruz con los dedos tres veces.

Espero que al menos mi hermana y mi sobrina me sigan para ir aumentando mi quorum. Recuérdoles que sin sus comentarios no soy nadie.