Sí señor, resulta que Espergencia quince años cumplió, y hasta hoy que va a cumplir los treinta, se le festejó.
Mole rojo,verde, arroz y sopa aguada nos zampamos en los quince de la bella Ana Karen en el municipio de los Cues. Fuí invitada por Isidro, el maestro de obras, quién fué padrino del pastel de doce pisos. Doce fueron también los flamantes chambelanes de smoking rosa y unos peinaditos de dios guarde l'ora, que a ritmo de Celine Dion y Back Street Boys cargaron a Ana Karen y escoltaron bellamente para que ella recibiera, de manos de su madre, corona y cetro, cual princesa de Hollywood...la Raza y varios más. Reconozco quedar conmovida hasta las lágrimas cuando la madrina le cambió sus chinelas de piso por zapatos de tacón y con una dulce melodía de fondo que mezclaba risitas de bebé, caminó hacia ella una pequeña de bucle de oro que le entregó su última muñequita. Para entonces yo ya me limpiaba el moco con una linda tortillera decorada y me contenía por no darle unos madrazos a un chambelán que mascaba chicle como camello. La coreografía bien, arrastrados los pies y encorvados los mozuelos, ya también con sus buenas chelas encima y bueno, lo que se llama gracia "gracia", no, pero ganas...eso sí tenían.
Se me cayeron las naguas cuando salió el segundo grupo a amenizar el evento. Dieciseis músicos de banda de traje y bota blancos con hebilla de oro, sobre un escenario que ya quisiera El Recodo. Gracias Tanis por bailar conmigo "La del moño colorado". Gracias a María José por bailar "de barrilito" con Oriana, gracias a toda la familia de Ana Karen por invitarme, gracias a dios por regalarme este día.
Magnifico!! Y bienvenidos!
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